Omar Narváez (35-1-2, 19 K.O) perdió en fallo unánime ante el filipino Nonito Donaire (27-1-0, 18 K.O) en Nueva York y no pudo hacerse con los cetros gallo OMB y CMB. El chubutense tuvo un desempeño demasiado conservador, jamás inquietó al asiático y resignó su invicto de 37 combates.Tal y como fuera anunciado en este mismo sitio web ( ver: http://narices-chatas.blogspot.com/2011/08/narvaez-ante-la-prueba-mas-dificil-de.html ), Narváez se encontraba ante el duelo más difícil de su carrera; afrontaba no sólo a un rival considerado de los mejores libra por libra del mundo, sino que las propias ventajas otorgadas desde lo físico configuraban un panorama bastante oscuro para el nacido en Trelew. No obstante, también se trataba de una oportunidad única, tanto para triunfar por primera vez en Estados Unidos como para convertirse en el primer púgil argentino en ser tricampeón mundial en diferentes categorías.
Pero, la posibilidad de resaltar aún más su nombre dentro de la historia grande del boxeo nacional y acallar a aquellos que siempre tildaron al "Huracán" de enfrentarse a púgiles de poca monta, quedaron en la nada. Desde el primer round en adelante el ex campeón mosca y supermosca se vio superado por un oponente que, sin hacer demasiado, lo dominó.
La principal razón del triunfo de Donaire se sustentó en la apatía del chubutense para lastimarlo. Sin tomar la iniciativa en prácticamente ningún tramo del match, le permitió al filipino llevarse los episodios con relativa facilidad, sin la necesidad de exponerse demasiado a un potencial contragolpe del argentino.
El campeón gallo trabajó a piacere, con tiempo para pensar dónde y cómo impactar a un Narváez que se abocó la mayoría de la contienda a eludir sus embistes. De esa manera, ante la mirada de los jueces, se fue llevando todos los asaltos para obtener tres tarjetas iguales, que lo decretaron ganador 120 a 108.
El trámite de la pelea permite extraer algunas conclusiones: primeramente, es muy difícil que exista gallo en el mundo que pueda derrotar a Donaire. Segundo, por más doloroso que resulte admitirlo, Narváez sintió sobremanera el cambio de categoría, distó de estar a la altura de lo que exige el mercado estadounidense y aparentó conformarse con terminar el duelo de pie. Si bien siempre será considerado como uno de los mejores campeones mundiales argentinos del siglo XXI y como el hombre que superó la cantidad de defensas mundialistas realizadas por Carlos Monzón, la actualidad revela que "El Huracán", de seguir soplando, deberá hacerlo por estas tierras.
Coincido con vuestra apreciacion; pero creo que Narvaez fue a ganar un dindero que aca en Argentina no puede ganar, eso fue debut y despedida de EE UU. Narvaez hizo la mitad de la tarea "pegar sin que te peguen" el nunca intento
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