Brillante actuación de Rubio

Marco Antonio Rubio (50-5-1, 43 KO) rompió el prode. Fue de visitante a Canadá para enfrentarse a David Lemieux (25-1-0, 24 KO), invicto hasta entonces y con casi todas sus peleas definidas por la vía rápida. Pero ni la juventud del favorito ni su terrible pegada fueron suficiente para derrotar al mexicano.
El inicio de la pelea parecía augurar el mismo destino que la mayoría de los combates del hombre nacido en Montreal. Fue con el pie en el acelerador a fondo, lanzando potentes golpes a diestra y siniestra, conectando a un Rubio que parecía no tener con qué hacer frente a eso. Recibió muchas manos, algunas incluso parecieron hacerle mella, pero soportó. Fue paciente y, sustentado en un notorio gran trabajo de gimnasio (más allá de su posible capacidad natural para absorber castigo), esperó el momento oportuno para inyectar su "Veneno" (ése es su apodo).
Hasta el quinto asalto fue todo para Lemieux, y la tónica no parecía cambiar. Sin embargo, ya hacia el sexto el combustible parecía acabarse poco a poco en el invicto. Rubio ya no recibía tanto y bloqueaba cada vez más, evidenciando que la velocidad de su rival ya no era la misma. Y así, el azteca hacia final del episodio calentó el motor ofensivo y atacó, lastimando al canadiense, quien terminó la vuelta sobre las cuerdas.
En la esquina el entrenador del local le dijo que se alejara de la zona de castigo del azteca, que estaba recibiendo demasiado daño. Pero, quizá también condicionado por unas aptitudes defensivas notoriamente inferiores a su capacidad para atacar, Lemieux salió a morir en su ley, la del noqueador. Buscó al mexicano y, para desgracia suya, lo encontró.
Rubio ejecutó una gran defensa y atacó sin más a su rival hasta tirarlo. El canadiense se paró, pero ya el daño era mucho; acto seguido el nacido en Durango le propinó una sucesión de golpes que provocó el abandono de parte del córner del favorito.
Se trató de una excelente pelea, recomendable para todo aquel que quiera comprender cómo se afronta un combate de estas dimensiones. Rubio fue la expresión perfecta de lo que debe ser un boxeador serio: se lo notó bien preparado, ejecutando un plan de pelea configurado en el gimnasio y con la justeza necesaria para dar cuenta de un muchacho que tiene dinamita en sus puños. Lemieux deberá aprender de esta derrota; confiado por su carrera rentada y sus antecedentes más inmediatos (había noqueado a sus últimos cuatro oponentes antes del tercer asalto) subestimó a un hombre con un interesante palmarés (actual Campeón Latino Supermediano, entre otros), así como su resistencia y punch. Quizá sea un interesante punto y a parte para un púgil que tiene muchas condiciones para ser monarca mundial. Para el mexicano, simplemente, desde este humilde espacio, FELICITACIONES.

¡Acá el video del KO y las declaraciones de Rubio!