La noche de Liniers que protagonizó Sergio Martínez tuvo un más que interesante aperitivo. Y es que allí se presentó el tucumano Luis Abregú (35-1-0, 28 K.O), de notable campaña en los últimos años, quien venció en fallo unánime al canadiense Antonin Decarie (27-2-0, 8 K.O) y obtuvo el cetro de plata welter del CMB. Las tarjetas, que indicaron 97-92, 97-92 y 97-90, dejaron al "Potro" bien posicionado de cara a una chance mundialista.
Poco se sabía del oriundo de Montreal. No obstante, un record más que respetable y su ubicación dentro del escalafón del Consejo (número 5) hacían prever un duelo complicado. Abregú, quien venía de derrotar al invicto puertorriqueño Thomas Dulorme, necesitaba de la victoria para demostrar que estaba listo para ir por un título mundial, tal y como lo había afirmado al vencer al centroamericano.
El comienzo de la pelea fue un monólogo de Decarie. No atacó incesantemente ni abrumó al argentino, pero sí sacó provecho de su pasividad para moverse constantemente sobre el cuadrilátero y conectar la cantidad de golpes necesaria para adjudicarse los primeros cuatro rounds. En ese tramo al nacido en Chicligasta se lo notó excesivamente estudioso de su advsersario y padeció en más de una ocasión el haber mantenido su guardia demasiado baja.
Sin embargo, a partir del quinto episodio "El Potro" comenzó a soltarse más y llegar con mayor frecuencia sobre la cabeza de su rival. Si bien no logró rápidamente el control absoluto de las acciones, produjo el castigo necesario como para cortar al canadiense y encaminar el rumbo de la contienda. Fue recién en el octavo asalto que Abregú demostró lo mejor de su repertorio ofensivo y con un potente cruzado de derecha envió a la lona a un Decarie que se levantó desorientado y que por una negligencia del referee Jorge Basile (confundió el anuncio del time keeper que indicaba la falta de diez segundos para la conclusión de la vuelta con el campanazo final) logró sobrevivir. No obstante, el local ya había tomado las riendas del pleito y logró cerrarlo con una buena imagen.
El futuro augura una chance mundialista para el argentino. En una división más que pareja, sólo resta conocer quién será el que deberá hacer frente a sus potentes golpes.


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