El próximo sábado en Atlantic City Lucas Matthysse (33-2-0, 31 K.O) tendrá, probablemente, el combate más importante de su carrera. Si bien no habrá corona mundial en juego, la realidad indica que de conseguir una victoria el argentino habrá abierto una enorme puerta de cara a un futuro profesional próspero tanto desde lo económico como desde lo deportivo. Enfrente estará el complicado estadounidense Lamont Peterson (31-1-1, 16 K.O), monarca universal superligero de la FIB, quien conoció su única derrota ante el aún invicto Timothy Bradley allá por 2009.
El estilo frontal y agresivo de ambos púgiles augura una verdadera guerra. El mismo Matthysse percibe que su adversario no variará su boxeo y aquello lo entusiasma a vencer por la vía rápida: "Creo que él no va a moverse demasiado sobre el ring, sino que va a plantarse. Vi su última pelea y es un peleador sólido. Espero que suba al ring a intercambiar golpes conmigo, me encantaría eso. En ese juego tengo una gran oportunidad. Ojo, si decide boxear también voy a estar listo. Estoy muy bien preparado y voy a terminar la pelea antes del límite. Los jueces no me preocupan porque esto no irá a las tarjetas. No buscaré la distancia, voy a ir por el nocaut", sentenció el chubutense al diario Olé.
Peterson, quien venció el último 22 de febrero a su compatriota Kendall Holt, representa un rival de cuidado y respeto. Ha empatado ante el bravo Victor Oritz y conseguido un éxito contra el inglés Amir Khan entre sus 31 victorias. Potente físicamente y ambicioso, probablemente se trate del hombre que más ponga a prueba las aptitudes defensivas y la capacidad de absorción de castigo del actual campeón interino superligero del CMB.
De ganar, Matthysse enfrentará casi con seguridad a Danny García en combate unificatorio de sus cetros, mientras que un revés no sólo cortará su ascendente trayectoria rentada, sino que quizá afecte su imagen de cara a batallas de primera línea. Lo mismo posiblemente ocurrirá con el moreno, lo que reafirma la trascendencia de este choque.
El análisis está planteado. El sábado se definirá quien cosechará la victoria más determinante de sus respectivas campañas y agigantará aún más su nombre en la historia.
¡Para ir calentando motores!
¡Para ir calentando motores!

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