Era la hora de la verdad. Lucas Matthysse (34-2-0, 32 K.O) se encontraba ante, probablemente, la última prueba que debía sortear si pretendía enfrentar a Danny García, campeón del mundo regular superligero del Consejo Mundial del Boxeo. No la tenía nada fácil, puesto que enfrente esperaba el estadounidense Lamont Peterson (31-2-1, 16 K.O), actual monarca universal de la FIB en las 140 libras. Sin embargo, una vez más, el chubutense despachó a su adversario como si de un simple probador se tratara.
El escenario del Boardwalk Hall de Atlantic City era el ideal para que el argentino lograra nuevamente demostrarle al mundo que estaba para cosas más grandes que las ya logradas, no sólo por la gran convocatoria de público, sino también porque el mismo Garcia se ubicaba en primera fila para observar si su perseguidor tenía lo necesario para merecer un desafío ante él.
En el primer round Peterson pareció estar al mando de las acciones, fundamentalmente porque logró mantener la distancia, salir eficazmente hacia los costados y durante dos minutos y medio impedir que Lucas lo alcanzara. No obstante, sobre el epílogo de la vuelta, Matthysse llegó con un par de poderosas manos que parecieron desvanecer los planes de un norteamericano que arribó a su esquina con gestos de preocupación.
En el segundo episodio el chubutense manejó mejor los espacios y comenzó su faena con un directo de derecha sobre la frente de un adversario que se vio obligado a retroceder. A esa altura "Havoc" comenzó a abusar de los clinches y aparentó priorizar contener las bombas de su rival antes que buscar herirlo. La idea del campeón superligero de la FIB funcionó hasta que un gancho de izquierda del pupilo de Cuty Barrera halló su destino en su sien y lo envió por primera vez a la lona en la noche.
En el tercer episodio, contrariamente a lo que podía esperarse, el moreno abandonó su estrategia de escape y buscó prenderse en el cuerpo a cuerpo. Si bien llegó por momentos sobre la humanidad del argentino, fue en uno de esos cruces que ambos boxeadores conectaron simultáneamente sobre el otro y el poder del campeón interino superligero del Consejo se impuso. El oriundo de Washington cayó desplomado a la lona y tuvo serias dificultades para recuperar la vertical. A pesar que el árbitro Steve Smoger le dio el pase, un nuevo gancho de izquierda de Lucas que povocó una nueva caída lo obligó a decretar el nocaut técnico.
"Se que soy el mejor 140 (libras) del mundo porque Peterson es un buen boxeador y nunca nadie ha podido dominarlo así", sentenció Matthysse, quien espera con ansias su gran chance ante Danny García, a quien se dio el gusto de definir como "fuerte, pero lento" y afirmó que lo vencerá en septiembre.
El futuro se presenta atrapante, ahora está en manos de los promotores conseguir pactar la pelea que todos los fanáticos quieren ver. Por lo pronto, el argentino demostró que el apodo "Máquina" ("The Machine") que la prensa norteamericana le asignó no sólo lo describe, sino que le queda chico.
¡EL NOCAUT DE LUCAS!
¡EL NOCAUT DE LUCAS!

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