Era su turno. La hora de demostrar si todos los pergaminos amateurs (compuesto de 345 victorias y sólo 5 derrotas) y un invicto sustentado en un alto porcentaje de nocauts (88% hasta entonces) podrían hacerse valer en lo que era, probablemente, la primera pelea de fuste que debía protagonizar el kasajo Gennady Golovkin (27-0-0, 24 K.O), campeón del mundo mediano de la AMB. Enfrente tenía al siempre duro inglés Matthew Macklin (29-5-0, 20 K.O), quien había sabido formar parte hace no mucho tiempo de combates ásperos y entretenidos ante púgiles de primer orden, como el mismo Sergio Martínez y Felix Sturm.
Las brillantes luces del MGM Grand no ejercieron ningún tipo de presión sobre el oriundo de Karaganda. Enfocado, sereno y con confianza, Golovkin logró desde el inicio del duelo imponer sus condiciones. Llegó con potencia y precisión sobre la humanidad de Macklin y lo forzó, transcurridas únicamente dos vueltas, a dejar a un lado su precavida estrategia y salir a cruzar golpes. Poco le duró la osadía al nacido en Birmingham, ya que el ex medallista de plata en los JJOO de Atenas 2004 lo envió de manera contundente a la lona tras un devastador gancho al hígado.
"Sería un gran negocio para todos que se hiciera la pelea con 'Maravilla'. Es lo que quiero", sentenció "GGG" luego de su éxito. ¿Recogerá el guante el argentino? Lo cierto es que para tener alguna oportunidad ante tremendo noqueador, Sergio tendrá que recuperarse de sus lesiones y subir en condiciones similares a las que lo hizo cuando derrotó a Julio César Chávez Jr.
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